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| Primera entrega |
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Mi casa de muñecas
 Bueno, la verdad es que no sé por donde empezar. La realización de una casa de muñecas no es algo usual. La gente lo ve como una locura o una pérdida de tiempo, y por mucho que les trates de explicar que es una colección como otra cualquiera no lo llegan a entender, y esto empeora cuando les dicen lo que puede llegar a costar una casa montada.
A mí siempre me había gustado la idea de hacer una casa de muñecas, pero no me anime hasta que me enteré de que mi prima la estaba haciendo. Comencé a comprar piezas sueltas en varias colecciones anunciadas en la televisión. Cada fascículo con un mueble costaba 6 euros aproximadamente. Imaginaros los muebles que hacen falta para montar una habitación.
Por mi cumpleaños me regalaron la casa de muñecas, totalmente plegada y para montar una vez lijada, pintada y barnizada. Para los más curiosos una casa sin montar, simplemente las paredes de madera, oscila entre 150 euros y 300 euros. La mía costó en su día unos 150 euros en Portugal.
Después de montarla sin pintarla para ver como quedaba, la desarme para comenzar a pintarla. La verdad es que he hecho muchos cambios de color en algunas habitaciones porque ninguno de ellos me convencía. Comencé dando una mano de un producto que parecía como gótele. Después de secarse, lo tenías que pintar del color que te gustará, pero lo voy a quitar porque no me gusta como ha quedado y además porque he cambiado el color de esas habitaciones.
De lo que más orgullosa me siento es de la cocina. He colocado un papel que me regalaron hacía la mitad de la habitación, la parte inferior la he pintado de azul (los cuadros del suelo son azules y blancos), y la parte de arriba la he pintado de blanco. Me gusta el contraste que hace, aunque todavía me falta una de las paredes por pintar.
La habitación de los niños ha tenido numerosos cambios. En el último cambio he pintado la habitación de un rosa chicle, y con papel de calco puse ositos esparcidos por toda la habitación y después pintados. No me disgusta del todo, pero no creo que vaya a ser un cambio definitivo, ya que tengo una habitación en mente, y estoy a la espera de adquirir los muebles.
En cuanto al resto de las habitaciones los colores están más o menos decididos, aunque nunca puedo decirlo seguro, ya que si me gusta alguna idea que vea en una revista, cambiaré su color. El salón lo pinté de un verde claro, pero voy a cambiarlo a un salmón claro con el propósito de crear un ambiente relajado y tranquilo. El lavabo a su vez lo pinté de blanco, pero la idea que tengo es de partir la pared, poniendo de la mitad para abajo cuadritos rosas y blancos y el suelo del mismo color, ya que los complementos son de tonos rosas.
De las dos habitaciones sólo una tiene un tono definitivo, que es un azul claro. El tono de esa pintura la he usado de un bote que sobró al pintar una de las habitaciones de mi casa. La otra tiene un tono beige amarillento. Me gusta el color, pero había pensado cambiar el tono al despacho, aunque no sé qué haré al final.
De momento la casa está parada, no tengo mucho tiempo para dedicárselo, aunque intentaré ir cambiando cosas y acabando otras a ratos para poder enseñároslo.
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