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 Autor : Dalop / Incorporación: a 11 de Octubre de 2002 / Visitas : 63233

La sanidad pública, una muerte segura.

Acabo de llegar de una cita con el médico y me parece denigrante la actitud de los médicos en referencia a los pacientes.

Pero empecemos por el principio, yo hace un mes largo, vi que unos lunares quizás me habrían crecido, incluso me habían aparecido otros nuevos. Fui al doctor de cabecera previa cita de un par de días.

Una vez allí, como siempre 15-20 minutos de retraso, algo que no entiendo porque ya se entiende como habitual. Una vez que te llaman, entras y te dicen algo que yo ya sabía, que tenía que ir a un especialista, Dermatóloga. A todo esto he perdido, tiempo en pedir cita, esperar y hablar con la doctora.

Ahora es cuando empieza "el drama", todo empieza cuando te dan cita a mes vista, como para estar grave, encima como yo no quería perder tiempo del trabajo, pedí que fuera a primera hora de la mañana, con lo cual otra semanita más tarde de lo habitual. En total que había conseguido tener hora a las 8:30, todo un logro.

Una vez pasada las 5 semanas de espera, yo como buen paciente me presento a las 8:10, por si la Dermatóloga querría adelantar (iluso de mi). Pues allí me encontraba yo, 20 minutos antes de mi cita, pensando que si entraba a mi hora y estaba 10 minutos con la doctora, igual podría llegar a la oficina a las 9:00 (Solo 30 minutos tarde).

Empezamos, la doctora llego a paso galopante, que la habría adelantado un caracol sin babas. Eran las 8:50, sí, 20 minutos tarde. Encima se encerró en su despacho y se puso a hablar con una especie de celador (calvo y con coleta, algo raro). Unos 7 minutos después, el susodicho, sale y empieza a decir el orden de entrada, para ver quien tiene el privilegio de estar con la gran doctora.

Tuve suerte, el administrativo había introducido mis datos correctamente y era el primero de la lista. El primero pero entraba a las 8:57.

Una vez dentro y como persona civilizada, dije un magnífico :"hola", lo único que escuche luego fue el eco de mi voz. Espere unos segundos para ver si me invitaba a sentadme, pero parece ser que no era mi día de suerte. Como yo con mi 1,83 estoy muy contento, decidí sentarme.

Una vez reposado, tome la iniciativa de darla el volante, porque estaba claro que el fuerte de la doctora no era la comunicación.Por fin, una vez hechado un minúsculo vistazo al papel, dice: "Que te pasa?". Le cuento mis dolencias y me dice:"Estas bien, ven dentro de un año", pero que tengo que tener, un lunar como la bandera de Japón. Si me explicara el porque, yo estaría contentísimo porque nadie quiere tener un melanoma, pero por favor algo más que un simple: "Estas bien, ven dentro de un año".

Yo como seguí con mis dudas le volví a señalar un lunar. Podría ser o no ser benigno, pero bueno yo no soy especialista para eso estaba ella, pero me volví a chocar con un: "esta bien".

Después de una cita con el médico de cabecera (3 días), esperar 20 minutos, cita con la dermatóloga (5 semanas), espera 30 minutos (siendo el primero). Tengo una consulta de 120 segundos, con una doctora totalmente desganada, sin ninguna educación y que encima no tiene ningún tacto con los pacientes.

Lo tengo claro, en cuanto pueda voy a la bolsa y a comprar acciones de Sanitas, policlínicas privadas y demás, porque ya no es que este saturada la sanidad publica, el problema es la falta de profesionalidad de los empleados.

Espero nunca estar mal de verdad, porque antes de que me atiendan me había muerto o me mataría la señora doctora.

Viva la sanidad pública!!


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